Bendición de la talla del Cristo de la Vida en la iglesia de San Miguel






Esta mañana ha tenido lugar la bendición de la talla del Cristo de la Vida por parte de D. Ciriaco Benavente, obispo emérito de Albacete, que ha estado acompañado por D. Miguel Pérez y por D. Bernabé Marcos, párroco de El Pilar y San José, de quien depende esta iglesia.














Ha comenzado D. Bernabé con unas palabras, expresando cómo había surgido el deseo de tener un Cristo acorde con la estética de la iglesia, moderno, y cómo los artistas bejaranos encargados de hacerlo, Julián Mateos y María Jesús García, han logrado conseguir una preciosa imagen que invita a ver a  un Cristo que está crucificado pero que está vivo, que está resucitado, y que da sentido a nuestra vida de cristianos.








La cruz es de madera de cedro americano de 210 cm y el Cristo de madera de tilo alemán de 152 cm de largo








Una breve monición en la que se nos recordó que el misterio de la cruz se ha convertido en el signo de la misericordia divina, se nos invitó a que siempre que miremos la cruz, recordemos que en ella culminó el misterio del amor con el que Cristo amó a su Iglesia. Siempre que saludemos la cruz, acordémonos de que Cristo, suprimiendo con su Sangre toda división, hizo de todos los hombres un solo pueblo. Siempre que veneremos la cruz, pensemos que somos y nos declaramos discípulos de Cristo y, cargando todos cada día con la propia cruz, sigámoslo con generosidad.











A continuación, D. Ciriaco bendijo la talla y comenzó la celebración de la Santa Misa con una iglesia repleta de fieles.













Al finalizar su homilía, D. Ciriaco agradeció la presencia de arte moderno en la Iglesia de hoy, "un Cristo moderno, con algo de inspiración en los cristos románicos, y en el que se nota mucho cariño en el actuar del artista".


Esta cruz que nos hace presente el amor tan grande que Dios tiene a cada uno, este Cristo vivo que nos invita a buscarle en los hospitales, en las residencias, en los que pasan necesidades, en los enfermos, en los que están solos....


Un poema y una saeta pusieron el broche final a esta celebración.