D. Francisco Rico Bayo presidiendo la celebración. |
Asistieron numerosos sacerdotes de la diócesis de Plasencia, así como familiares y feligreses que quisieron celebrar esta Eucaristía.
Momento en que se pone la casulla y la Escritura sobre el ataúd. |
Defensor de la solidaridad y la caridad, su labor en favor de los más necesitados ha sido incansable desde su puesto como Delegado Episcopal de Cáritas Interparroquial de Béjar. Tenía claro que, como Jesucristo, su misión era servir a los demás, empezando por los más pobres.
Esa entrega generosa a los demás, también la tuvo en medio de la enfermedad, con una ofrenda del sufrimiento con una paz que sólo puede dar el Señor, testimonio de que el Señor verdaderamente consuela a los que ponen su confianza en Él.
D. Antonio García Hoya, tuvo unas palabras muy emotivas sobre su hermano al finalizar la Eucaristía. |
Por eso toda la Iglesia se alegra de la vida de este consagrado, que experimentó el amor de Dios en su vida y supo transmitirlo y anunciarlo a los demás, y porque, como él, tenemos la certeza de que Dios "no abandonará su vida en el sepulcro, ni dejará que su santo experimente la corrupción" (Sal 15).